Ante la muerte, el ser humano se encuentra desamparado, abandonado, solo. El grito humano que se resiste a morir no encuentra por parte de Dios otra respuesta que el silencio “¿Por qué me has abandonado?”.
Detalles
La muerte nos da la oportunidad de realizar el acto de fe definitivo.
Una fe contra toda evidencia, una esperanza contra toda esperanza; la confianza que traspasa la noche de la nada para encontrar unas manos que nos acogen con amor infinito. “En tus manos encomiendo mi espíritu”.
Este Viernes Santo, Jesús, que sabe de qué barro somos, nos invita a permanecer junto a Él, a su lado, silenciosamente. En la cruz podemos hallar la paz, la liberación de tanta esclavitud, el sentido profundo del dolor del mundo, y nos podemos encontrar a Jesús. En el escándalo de la Cruz, nace la Esperanza y la Vida.